martes, 8 de octubre de 2013

Las Grietas De La Felicidad #4


´5 de noviembre de 2083
Barcelona, Cataluña


El día siguiente llegó como si hubiera tardado un año. Intenté levantarme con cuidado, para que no me doliese nada, fue inútil. El día anterior me había pasado mucho tiempo acurrucado, llorando como un niño.
Baje a la planta de abajo, a eso de las nueve para comer algo. Ella estaba allí, mi pequeña con Raul.
Mi corazón se convirtió en gelatina y mis lágrimas amenazantes rondaban la superficie.
- Hola- Dijo ella por fin, con voz suave tan dulce como siempre, su tono de disculpa me pilló por sorpresa.
- Hola, cariño- Saludé yo con la voz mas cariñosa que encontré en mi ser.- Buenos días Raul, ¿Como has amanecido?- Él se limitó a sonreír y asentir, sin convicción alguna ciertamente. 
Y durante todo el día se mantuvo callado, casi ausente.
Cayó la tarde, tan lentamente como cae una pluma. Mayka se marchó, se fue a hablar con él, dijo. A intentar arreglar las cosas con Rubén, dijo. Mantuve mis ganas de ir detrás de ella cuando abrió la puerta, decirle que no hacía falta, que aquí estaba bien y eso. 'Habría sido inútil, ella ya es mayorcita para cuidar de si misma ' me dije a mi mismo intentando ahogar la voz de mi conciencia que susurraba '¿Porque no la detuviste? ¿Y si la pega otra vez?' yo evadía esas preguntas.
 Raul se quedó conmigo, no se fue a ninguna parte, cosa que me extrañó. Eran las seis y media, ya hacía una hora que su madre se había marchado.
- Oye, ¿podemos seguir hablando? Ya sabes, de lo tuyo con la abuela
- ¿Para que quieres hablar de eso ahora,chico?
- Me ayuda a desconectar, me gusta hablar de ello.
- Esta bien, pero tendrás que recordarme por donde íbamos, lo cierto es que ya no me acuerdo.
- Vuestro primer beso, pero antes de que empieces, he estado buscando, y me pregunto ¿como llegó a tener pulmonía la abuela? ¿Iba desnuda al colegio en pleno invierno o que? - Estallé en risas, él también.
- Que ocurrencias tienes hijo...- Admití mientras mis carcajadas cesaban.- A ese punto tenía que llegar yo ahora, cuando nos separamos después de...bueno...ya me entiendes. Entonces se lo pregunté, ella me contó algo que realmente me impactó, me contó que su madre se había enamorado de un tipo, dos años atrás, aparentemente bueno, si recuerdo bien, ese hombre se llamaba Pedro, Pedro López, este hombre se portó bien los tres primeros veces, hasta que un día de diciembre, el irrumpió en la habitación de mi Yara, la forzó, y Dios lo perdone porque la violó.- Los ojos de Raul se abrieron, no se si por la noticia, o por la lágrima que caía por el contorno de mi cara. Entonces seguí: 
- Ella dijo que no se lo contó a su madre porque tenía miedo de herirla, a ella, él la pegaba. A su madre, quiero decir. Y ella siempre lo justificaba. Esa tarde, ella lloró hasta que no le quedaron lágrimas, y yo con ella. Al día siguiente volvió a su casa, de mala gana, esta claro.
- Pero, ¿y tu no hiciste nada?
- ¿Que querías que hiciese?
- No se, si la querías, podrías haber hecho algo.
- Chico, eres muy inocente, no sabes cuando te mienten. Claro que hice algo.
- ¿Que hiciste?
- Me la traje a vivir conmigo
- Espera, espera, espera, espera. ¡¿ Que hiciste, qué?!
- Si, solo durmió una noche más en aquella casa, en el colegio la fui a buscar y le dije que aquella noche, hiciese las maletas, yo vivía bien, no era rico, pero le conté a mi madre su historia y dijo que se podía quedar, pero que tenía que comportarse bien y aprenderse las reglas de casa. Ella puso algo de ropa en una mochila, y le comentó a su madre donde se iba, el porque, y ella aceptó a regañadientes. Subí como pude hasta su ventana, tampoco fue difícil pues estaba en un segundo piso, y tenia una gran enredadera, la cual me llevé marcada en las manos después. Ella bajo también por las enredadera, pero con guantes. Sí chaval, tu abuela era bastante mas lista que yo. Tuvo que bajar por allí, porque de otro modo tendría que vérselas con el novio de su madre, y  era lo que menos le apetecía, lo que menos nos apetecía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario